El tiempo ya pasó, y con él, las esperanzas de salir a flote de esa condición angustiante e imposible de la que no puedes salir ahora.
Las posibilidades prácticamente se encuentran a “cero”.
Has llegado a un punto en el que ya decidiste dejar de luchar, porque sabes que nada lograrás con ello.
Vas totalmente contracorriente, y lloras al ver frustrados tus anhelos.
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¿Y ahora qué?
¿Te seguirás lamentando?
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Acude ahora a la GRACIA y al PODER de Dios.
El puede sacarte de esta condición imposible que todos ya dan por perdida.
El puede llenarte de todos esos favores que no mereces tener.
¡Claro que puede hacerlo!
Ya no te lamentes, alaba a Dios por lo que hará contigo.
Expresa al igual que el salmista lo siguiente:
Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Salmo 103:1-5
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Alaba a Dios por lo que hará contigo.
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Todo quedará “enterrado” en el pasado para no volver a resurgir. Toda tristeza y aflicción que ahora te agobia, ya no será más.
Es necesario que quienes conocen tu caso, comprueben por sí mismos lo que implica abandonarse bajo la GRACIA y el PODER Dios.
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¡Ánimo!
Tu testimonio motivará a muchos.
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