miércoles, 18 de julio de 2012

RESULTADOS ESPONTANEOS DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL.

Ante todo cabe recordar que el conocimiento espiritual es totalmente opuesto al conocimiento intelectual.
El conocimiento intelectual se basa en la lógica y en su consecuente comprobación, por eso es natural; en cambio el conocimiento espiritual rebasa todas las expectativas de la razón y los sentidos, por eso es sobrenatural.
El apóstol Pablo en la carta a los corintios escribe lo siguiente:

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.   
1 Corintios 2:14

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¿COMO SE OBTIENE EL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL?
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En primer lugar es necesario “nacer de nuevo”, es decir, nacer del Espíritu. Esto se logra al recibir a Jesucristo como único SEÑOR y SALVADOR de nuestra vida. Por eso, cuando Jesús habla con Nicodemo, un reconocido religioso de su tiempo le dice así:

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo:
¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Respondió Jesús:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.  Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije:
Os es necesario nacer de nuevo.
Juan 3:3-7

En segundo lugar se trata de mantener una “relación viva” con Dios por medio de la oración y la reflexión bíblica, en la cual el Espíritu Santo va ejerciendo su influencia sobrenatural sobre nuestra mente, para producir los resultados esperados.
Uno de tantos textos bíblicos que me impacta es el siguiente:

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
Salmo 119:130

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MANIFESTACIONES DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL
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Iluminación para comprender la Sagrada Escritura.
Somos capaces de “ver” más allá de lo escrito, y aplicar su contenido a nuestra propia vida; además llegamos a digerir muchas verdades profundas veladas a nuestra mente, aunque no se logren entender con la lógica.

Convicción de la realidad de Dios; así como también de nuestra identidad espiritual, de nuestra salvación y nuestro destino eterno.
Estar convencidos, es tener la firme seguridad que las cosas son tal y como se presentan en la revelación bíblica, aunque nuestra lógica nos diga todo lo contrario. Esto es la fe, así como lo presenta hebreos 11:1.

Visión para ver la vida desde otra perspectiva.
El conocimiento espiritual nos permite “ver” la vida “desde arriba”; y no como estamos acostumbrados hacerlo. Es tener “la vista del águila que vuela”  y no “la vista del animal rastrero”.
El conocimiento espiritual nos permite entender todas las circunstancias actuales bajo la perspectiva de Dios y buscar soluciones prácticas de acuerdo a su voluntad.

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ACCIONES ESPONTANEAS DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL.
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Alabanza.
Lejos de ser un cúmulo de conocimiento teórico, el conocimiento espiritual se puede traducir como una experiencia intensa con Dios que impacta no solo nuestra mente, sino también nuestras emociones y voluntad. En otras palabras impacta nuestra alma. Este impacto hace que surja desde lo más profundo de nuestro ser una alabanza genuina y espontánea  a nuestro Padre.
Los salmos son un reflejo de esta experiencia.
Veamos un ejemplo:

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
Salmo 9:1-2.

Iniciativa para obedecer, consagrarse y servir incondicionalmente a Dios.
La obediencia, la consagración y el servicio a Dios no se ven como una imposición obligada, sino como una necesidad. Esto lo vemos claramente reflejado en el encuentro personal que el apóstol Pablo tuvo con el Señor en su camino a Damasco.

Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;  y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía:
Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
El dijo:
¿Quién eres, Señor?
Y le dijo:
Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
El, temblando y temeroso, dijo:
Señor, ¿qué quieres que yo haga?

Hechos 9:3-6
 
Esfuerzo.
No te conformas con la “ley del mínimo esfuerzo”, sino en hacer más allá de lo requerido. Es poner todo cuanto esté de tu parte, sabiendo que Dios hará lo que no puedes hacer. También, a través del testimonio del apóstol Pablo se aprecia esta actitud digna de imitar.
Veamos un ejemplo:

De manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.  Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado.
Romanos 15:19-20

Valentía.
Sabemos que como cristianos, estamos expuestos a enfrentar todo tipo de oposición; sin embargo, luchamos espontánea y aguerridamente contra todo aquello que nos aparte de los propósitos divinos sin importar las consecuencias.
Uno de tantos ejemplos en la Biblia es el caso de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo:

Y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.  Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.  Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
Hechos 5:40-42

Persistencia.
La persistencia es mantenerse firme aunque todo se tenga en contra. Es avanzar aunque se tenga el viento en contra. Es nadar con insistencia contra la corriente, porque se tiene clara la meta hacia donde se va.
Ejemplo de lo anterior, vemos en el apóstol Pablo.

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Filipenses 3:12-14

Evidencia.
Se llega a reflejar un testimonio genuino de vida cristiana ante todas las personas que nos rodean, así como se comprueba en el siguiente texto:

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.
2 corintios 2:14-16

Es necesario que nos preguntemos ahora con sinceridad:
¿Cómo se encuentra en estos momentos nuestro conocimiento espiritual?
¿Lo estamos cultivando?
¿Qué resultados hemos experimentado?
¿Qué acciones espontáneas estamos reflejando?
Recordemos...

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EL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, NECESARIAMENTE NOS DEBE CONDUCIR A LA ACCION.
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2 comentarios:

Sandra dijo...

Dios nunca dejara de asombrarme. Esta palabra hablo el pastor de mi Iglesia el domingo y lo resumia que para andar en lo sobrenatural, es sinonimo de andar en el Espiritu y que es necesario 3 aspectos. Santidad, obediencia y fe!!!!! asi que esto complementa perfectamente a esta palabra y es que cuando Dios habla todo es congruente. Bendiciones Jose Alfredo:

Alex (aka Bill) dijo...

Creo que el conocimiento es eso conocimiento. Lo dice Pedro, en su primera carta: añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Lo que resulta necesario es señalar es que primero es lo espiritual, la fe, luego el conocimiento; pero nada de esto resulta provechoso sin amor. ... Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.