No temas morir, pues tu vida continuará existiendo más allá de las fronteras del tiempo y del espacio.
Tu destino final no está en aquí.
El autor de la carta a los hebreos te lo recuerda:
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
Hebreos 13:14.
Por el hecho de haber creído en Jesucristo como tu único Señor y Salvador, Dios se ha constituido en tu Padre, y te ha concedido el privilegio para que participes de su naturaleza divina por toda la eternidad.
¡Qué gran privilegio!
¡No morir jamás!
Mira lo que el apóstol Juan escribe en su carta:
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1 Juan 3:2
Pero mientras vivas aquí, recuerda siempre que tu permanencia en la tierra es temporal; por eso vale la pena invertirlo todo para el Reino de Dios.
Toda oposición o persecución que ahora enfrentes por ser fiel a Dios y a la misión encomendada por él, tendrá repercusiones eternas.
Nuestro Señor Jesucristo dijo:
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Mateo 5:10-12.
Las puertas eternas del Reino de los Cielos, ya te fueron abiertas de par en par.
Tu le perteneces a Cristo desde ahora, hasta la eternidad.
Que el hecho de pensar en la muerte no te produzca tristeza, angustia y derrota, sino esperanza gozosa.
Ten en cuenta la recomendación del apóstol Pablo:
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tesalonicenses 4:13-17.
Que el entorno materialista que te rodea, no te haga perder la noción de tu destino eterno.
No te adormezcas por los espejismos...
Mucho cuidado...
Mantente velando en oración y reflexionando en las verdades absolutas de la Palabra de Dios.
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
1 Tesalonicenses 5:6
Hay una REALIDAD ETERNA e INIMAGINABLE que te espera, y que está mas allá de lo que tu mente puede imaginar.
Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1 Corintios 2:9
Entonces sigue adelante, pues todo cuanto hagas para el Señor traerá repercusiones eternas.
Nada será en vano.
Vale la pena darlo todo por Cristo...
Tu vida, SI tiene sentido.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 15:58
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