jueves, 28 de julio de 2011

REALMENTE, ¿SOMOS HACEDORES DE LA PALABRA?

El apóstol Santiago escribe de manera clara y determinante lo siguiente:

Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solo oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Santiago 1:22

En el texto anterior se nos ordena aplicar a nuestra vida diaria, todos los principios cristianos ordenados en la Palabra de Dios...
Sabemos que no somos perfectos, y por lo tanto es nuestro deber buscar los medios espirituales que nos impulsarán espontáneamente  a la obediencia.
Se trata de buscar a Dios constantemente por medio de la oración y la reflexión bíblica...
Se trata de invertir un buen tiempo cada día para cultivar nuestra vida espiritual...
Se trata de anhelar una vida plena controlada por la acción sobrenatural del Espíritu Santo en nuestras vidas...

Necesitamos reflejar un cristianismo genuino que no se limita únicamente en prácticas religiosas externas o ministerios productivos, sino  complementarlo con un estilo de vida que se refleje en el amor a Dios y al prójimo.
Jesús dijo:

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Marcos 12:30-31

El apóstol Juan, en una de sus cartas dice también:

En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo:
Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio:
Que nos amemos unos a otros.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos.
El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan 3:10-11, 14-18

Es necesario que seamos solidarios ante las necesidades de las personas que nos rodean.
Necesitamos identificarnos con ellas, sentir dolor por su condición y hacer algo especifico que lleve a aliviar su pena.
Hay diversos tipos de necesidades en las personas que nos rodean: espirituales, emocionales, físicas y materiales.
Dios quiere que seamos solidarios con aquellas personas que están a nuestro alcance, pues es así como estaremos reflejando que sí somos cristianos.
Nuestro Señor Jesucristo dijo también:

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:35

ACLARACION:
Si es importantísimo conocer la sana doctrina...
Si es importantísimo estudiar la Palabra de Dios y enseñarla...
Si es importantísimo guardarse de toda maldad e inmoralidad...
Si es importantísimo el evangelismo...
Si es importantísimo congregarse en una iglesia y servir dentro de ella...
Pero todo esto no tiene sentido en nosotros, sino somos solidarios ante las necesidades del prójimo, sino reflejamos a Cristo como corresponde...
Seríamos como dice el apóstol Pablo en el texto siguiente:

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
1 Corintios 13:1-3

Es cierto, nos cuesta amar sobre todo a nuestros enemigos y a las personas desconocidas, pero ya vimos que se trata de un mandato incuestionable.
Por eso:

¡Como necesitamos orar, para que el Espíritu Santo sensibilice nuestros corazones!

Es urgente que lo hagamos para que el fuego de Dios consuma todas aquellas interferencias que nos impidan amar como genuinos cristianos...
Cuidado:

NO NOS ENGAÑEMOS PENSANDO QUE ESTAMOS BIEN