lunes, 25 de junio de 2018

Y AHORA... ¡TE ALCANZARON LAS CONSECUENCIAS!


Las consecuencias de tus errores y maldades te alcanzaron, te vencieron, te derribaron y te encerraron...     ¡Así es tu realidad!


¡Cero posibilidades de resurgir!
¡Tus proyectos,  convertidos en cenizas!
¡Lo que edificaste, completamente derribado!


No culpes a las circunstancias, ni a las personas que influyeron sobre ti a lo largo de tu historia personal; todo ha sido por tu culpa, por haber procedido en contra de los lineamientos de la Palabra de Dios a pesar de sus constantes advertencias...     ¡El tiempo te cobró la factura!




Y AHORA...
¡TE ALCANZARON LAS CONSECUENCIAS!

Al igual que el salmista, expresas desde lo más profundo de tu ser, las siguientes palabras saturadas de dolor.

Me han rodeado males sin número, me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista”
Salmo 40:12

Nada puedes hacer por remediar tu situación presente. Todas las oportunidades pasaron, las “puertas” se cerraron y los caminos permanecen obstruidos; humanamente hablando no queda más que hacer.

Miras tu historia personal reflejada en el siguiente relato bíblico...

“Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo. Me guio y me llevó en tinieblas, y no en luz; ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día. Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos; edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.

Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo. Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas; aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración.

Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos. Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos; torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado. Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta. Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.

Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días; me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos. Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza; y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien, y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Dios”

Lamentaciones 3:1-18


Sin embargo; en medio de tanta desolación, la Gracia y la Misericordia de Dios siempre han estado presentes para favorecerte; no te ha tratado como realmente lo mereces...     ¡Lo has comprobado!

“Por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”
Lamentaciones 3:22-23

“Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias”
Lamentaciones 3:32

Si aún respiras, es por el oxígeno de la Gracia y la Misericordia de Dios.




Y AHORA...
EN MEDIO DE LAS DESOLADORAS CONSECUENCIAS.

Dios se compadece de tu condición; no desea que continúes así, dañándote a ti mismo y a las personas que te rodean; es por eso que te ofrece OTRA oportunidad.

En medio del desierto desolado que provocaste, visualizas una “puerta abierta” puesta por Dios; la “puerta de la salvación” manifestada en Jesucristo.

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”
Juan 10:9-10

Al entrar por “la puerta de salvación”, Dios te está ofreciendo la oportunidad de reivindicación total y plena que nadie te puede ofrecer; al aceptarla, verás sus intervenciones ilógicas, inesperadas, inusuales y radicales; tus caminos serán enderezados y tu vida será restaurada.




¿COMO SE ENTRA POR LA PUERTA DE SALVACION?

Reconociendo delante Dios que pecaste; y que únicamente por medio de Jesucristo obtienes el perdón total de tus culpas y la restauración plena.

Abandonándote bajo la Gracia y la Misericordia de Dios.

Abandonándote bajo el Poder sobrenatural de Dios, para que las diversas áreas de tu vida sean transformadas.

Abandonándote bajo la Soberanía perfecta de Dios, para que las consecuencias que provocaste sean encausadas hacia sus propósitos.

Fortaleciéndote espiritualmente por medio de la oración y la reflexión bíblica para que te mantengas firme ante las adversidades y tentaciones.


“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”
Heb 4:16






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
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Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!


Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra
Hechos 13:47.


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