Las
consecuencias de tus errores y maldades te alcanzaron, te vencieron, te
derribaron y te encerraron... ¡Así es
tu realidad!
¡Cero posibilidades de resurgir!
¡Tus proyectos, convertidos en
cenizas!
¡Lo que edificaste, completamente derribado!
No culpes a
las circunstancias, ni a las personas que influyeron sobre ti a lo largo de tu
historia personal; todo ha sido por tu culpa, por haber procedido en contra de
los lineamientos de la Palabra de Dios a pesar de sus constantes advertencias... ¡El tiempo te cobró la factura!
Y AHORA...
¡TE ALCANZARON LAS CONSECUENCIAS!
Al igual que
el salmista, expresas desde lo más profundo de tu ser, las siguientes palabras
saturadas de dolor.
“Me han rodeado males sin número, me han
alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista”
Salmo 40:12
Nada puedes
hacer por remediar tu situación presente. Todas las oportunidades pasaron, las
“puertas” se cerraron y los caminos permanecen obstruidos; humanamente hablando
no queda más que hacer.
Miras tu historia personal reflejada en el
siguiente relato bíblico...
“Yo soy el hombre que ha visto aflicción
bajo el látigo de su enojo. Me guio y me llevó en tinieblas, y no en luz;
ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día. Hizo envejecer mi
carne y mi piel; quebrantó mis huesos; edificó baluartes contra mí, y me rodeó
de amargura y de trabajo.
Me dejó en oscuridad, como los ya
muertos de mucho tiempo. Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho
más pesadas mis cadenas; aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi
oración.
Cercó mis caminos con piedra labrada,
torció mis senderos. Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos;
torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado. Entesó su arco, y me puso
como blanco para la saeta. Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de
ellos todos los días; me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos. Mis
dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza; y mi alma se alejó de la paz,
me olvidé del bien, y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Dios”
Lamentaciones
3:1-18
Sin embargo;
en medio de tanta desolación, la Gracia y la Misericordia de Dios siempre han
estado presentes para favorecerte; no te ha tratado como realmente lo
mereces... ¡Lo has comprobado!
“Por la misericordia de Dios no hemos
sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada
mañana; grande es tu fidelidad”
Lamentaciones
3:22-23
“Antes si aflige, también se compadece
según la multitud de sus misericordias”
Lamentaciones
3:32
Si aún
respiras, es por el oxígeno de la Gracia y la Misericordia de Dios.
Y AHORA...
EN MEDIO DE LAS DESOLADORAS CONSECUENCIAS.
Dios se
compadece de tu condición; no desea que continúes así, dañándote a ti mismo y a
las personas que te rodean; es por eso que te ofrece OTRA oportunidad.
En medio del
desierto desolado que provocaste, visualizas una “puerta abierta” puesta por Dios;
la “puerta de la salvación” manifestada en Jesucristo.
“Yo soy la puerta; el que por mí
entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia”
Juan 10:9-10
Al entrar por
“la puerta de salvación”, Dios te está ofreciendo la oportunidad de
reivindicación total y plena que nadie te puede ofrecer; al aceptarla, verás
sus intervenciones ilógicas, inesperadas, inusuales y radicales; tus caminos
serán enderezados y tu vida será restaurada.
¿COMO SE ENTRA POR LA PUERTA DE SALVACION?
Reconociendo delante
Dios que pecaste; y que únicamente por medio de Jesucristo obtienes el perdón
total de tus culpas y la restauración plena.
Abandonándote
bajo la Gracia y la Misericordia de Dios.
Abandonándote
bajo el Poder sobrenatural de Dios, para que las diversas áreas de tu vida sean
transformadas.
Abandonándote
bajo la Soberanía perfecta de Dios, para que las consecuencias que provocaste
sean encausadas hacia sus propósitos.
Fortaleciéndote
espiritualmente por medio de la oración y la reflexión bíblica para que te
mantengas firme ante las adversidades y tentaciones.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro”
Heb 4:16
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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