Es por GRACIA de Dios
que hemos sido escogidos y redimidos por medio del sacrificio de Cristo en la
cruz. “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús” Romanos
3:24... “Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a
los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” Romanos 8:29-30; sin embargo, nuestro “instinto pecaminoso”
no nos deja en paz, continuamente nos está invitando a correr hacia el mal por
medio de las tentaciones que nos asedian. Esta es una situación de la que toda
persona, por muy “santa” que sea, está consciente. El apóstol Pablo habla al
respecto: “Porque
lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco,
eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De
manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo
sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien
está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el
pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que
el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de
Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi
mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” Romanos 7:15-23. Esta cruda realidad no es pretexto para
justificar el pecado, sino para que nos enfrentemos a él. Nuestro Señor
Jesucristo dice al respecto: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” Mateo 26:41. Es importante
tener cada día un tiempo para alimentar nuestra vida espiritual por medio de la
oración y la reflexión bíblica.
¿QUE PASA SI NO ALIMENTAMOS NUESTRA VIDA ESPIRITUAL?
Nos debilitamos, y como
consecuencia somos presa fácil de toda tentación; y al caer en ella nuestra “visión”
se nubla a tal grado de perder la noción de las verdades absolutas de la
Palabra de Dios. “Cuando alguno es tentado, no diga que es
tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él
tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que
ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte” Santiago 1:13-15.
El
hecho que hayamos sido redimidos por GRACIA, no nos exime de enfrentarnos
contra nuestras debilidades, de ceder a la tentación, de mantener un hábito de
vida pecaminosa y enfrentar sus terribles consecuencias.
LA DISCIPLINA: RECURSO DE LA GRACIA DE DIOS.
Dios no quiere que nos
echemos a perder como resultado de nuestra debilidad. Por eso, como buen padre
que es, aplica su disciplina, no con el propósito de destruirnos sino para “enderezar”
nuestras sendas. Al respecto, el autor de la carta a los hebreos escribe lo
siguiente: “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo
contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os
dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni
desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina,
y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os
trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero
si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces
sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres
terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos
mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por
pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que
nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna
disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después
da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Hebreos 12:4-11. Dios
tiene sus procesos disciplinarios para que sus hijos no nos echemos a perder; él
sabe cómo tratar con cada uno de nosotros. Sabe cómo “enderezarnos” aunque para
ello nos haga derramar lágrimas tristes y dolorosas por muchos años. Nosotros vemos ahora el proceso, pero Dios
ve la obra finalizada.
LA GRACIA DE DIOS NOS PRESERVA PARA LA ETERNIDAD.
Dios no permitirá que
su obra en nosotros se eche a perder aun a pesar de las caídas causadas por
nuestras debilidades; aunque tengamos que pasar por procesos disciplinarios
dolorosos e inexplicables. “Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Filipenses
1:6. Aparentemente,
en su proceso disciplinario experimentaremos “bloqueos” de sus bendiciones para
hacernos entender el camino por donde debemos seguir. “Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña
provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir”. Isaías 48:17. Estamos ahora dentro de un proceso de
madurez espiritual en el que constantemente nos confrontamos con nuestras debilidades,
pero que a lo largo de él, la GRACIA incondicional de Dios nos envuelve de
continuo. “Bástate
mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder
de Cristo” 2 Corintios 12:9.
Dios sabe lo que hace...
Nosotros vemos el proceso,
pero él ve la obra terminada.
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@JAlfredoLievano
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