Ante
todo debes saber que Dios ha escuchado tu oración. ¡Que no te quede ni la menor duda! Tus palabras han llegado ante su trono, no las
desconoce, así como también la situación tan terrible en la que te encuentras
en estos instantes de tu vida.
Dios
sabe que tus ruegos están cargados de angustia, tristeza, ira, frustración y
lágrimas abundantes. Además sabe que ya no puedes soportar esta
terrible situación que cada día se te hace más y más pesada.
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Dios sabe todo de ti.
¡No desconoce tu situación actual!
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Pero
si las conoce, ¿Entonces porque te suceden todas estas cosas?... ¿A qué se debe
su silencio?... ¿Por qué da la
impresión que permanece tan indiferente e incapaz ante tu situación?... ¿Por qué permite que muchos te opriman con
sus comentarios desesperanzadores?
Lo
que sucede es que está forjando tu fe. Dios quiere que tus convicciones en su
Palabra sean genuinas y no aparentes.
Las
convicciones en la Palabra de Dios únicamente se desarrollan y fortalecen
cuando humanamente hablando NO se ve ninguna esperanza, cuando estás en medio
de situaciones de donde no puedes salir por ningún medio, cuando nadie puede
tenderte una mano.
Además
estás en un proceso de capacitación para la misión que Dios ha preparado para
ti. Es una misión especial para estos tiempos tan difíciles que se avecinan
para el mundo entero. Es verdad, no entiendes muchas cosas, pero ten por seguro
que Dios te está forjando conforme a su corazón.
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No es casualidad que te suceda todo esto.
¡Esto es parte de tu formación!
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No tengas miedo ante lo que tú piensas que
puede acontecerte, porque no será así. Será
como Dios lo ha dispuesto. El tiene control total de tu futuro. Desecha todo
pensamiento fatalista, no lo olvides.
No te acobardes por lo que veas venir. Se valiente, sabiendo que es Dios quien
pelea todas tus batallas. Nadie te podrá hacer frente aunque al igual que
Daniel estés en el foso de los leones.
No te dejes llevar por tu lógica, ni por
tus impulsos emocionales.
Ora para que sea el Espíritu Santo quien tome control de todos ellos.
No pongas tu mirada en las circunstancias. Mira más allá. Mira al Dios poderoso y soberano en medio de ellas.
Es necesario que pases por este trance oscuro, doloroso e insoportable para
llegar a la victoria.
Da los pasos de fe que Dios te está
demandando dar en obediencia.
La prueba que le has creído, es que le obedeces aun en contra de todo
pronóstico. ¡La fe se demuestra en la obediencia incondicional a la voz de
Dios!
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Es ahora cuando debes de creer y obedecer a Dios aunque todo lo
veas al revés.
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Es
ahora cuando debes tener la plena certeza que no quedarás en esta “cárcel”
de la cual no puedes salir y de la que nadie te puede sacar. Necesitas
perseverar creyendo en la adversidad. Es ahora cuando debes retener esas
palabras tan claras que el Señor te ha dado en la reflexión bíblica. ¡Créelas!...
¡Créelas!...
¡Créelas! No te eches para atrás.
Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará?
Números 23:19
Dios
es perfecto y hace bien todas las cosas. Ten la certeza que las hará contigo
transformando tus fracasos y dificultades para bien.
Sométete
ahora bajo su gracia, su misericordia, su poder y soberanía.
El
te asegura ahora, que cumplirá sus propósitos eternos en ti. Dara la orden
expresa para que así sea. Te “plantará”
donde ya lo decidió, nadie se lo impedirá.
Al
igual que el salmista puedes asegurar con certeza:
Mis ojos están siempre hacia
Jehová, porque el sacará mis pies de la red.
Salmo
25:15
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