La exposición constante de la Palabra de Dios, nos limpia de la INCREDULIDAD y del ERROR. A medida que lo hacemos, adquirimos convicciones firmes y el conocimiento completo de la única verdad revelada en Cristo.
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¿Por qué abunda la incredulidad y el error en muchos que dicen llamarse “cristianos”?
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Precisamente por la falta de la reflexión diaria de la Palabra de Dios. Reflexión que ha de ser asesorada por la acción infalible del Espíritu Santo en la mente y el corazón de quien se expone a su contenido. De ahí que el salmo 119 exprese lo siguiente:
La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
Salmo 119:130
Hoy abundan muchos líderes religiosos y predicadores que dicen ser depositarios de doctrinas nuevas o tradicionales, y que además poseen un poder de convencimiento excepcional; sin embargo recuerda que el único “filtro” que determinará si una “verdad” está bien interpretada o no, es el Espíritu Santo.
Con esto, no estoy poniendo en tela de juicio el ministerio de la predicación y de la enseñanza bíblica; pero es necesario que quien lo haga, sea una persona que pase horas intensas en oración y reflexión de la Palabra de Dios bajo la guía del Espíritu Santo. Por otra parte, a todo el pueblo cristiano, le corresponde también proceder de la misma manera, para que adquiera convicciones firmes de su contenido y se mantenga libre de todo error o falsedad.
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Es necesario ser limpios de la INCREDULIDAD y del ERROR.
¡ES URGENTE!
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