jueves, 26 de abril de 2012

¿ENFRENTANDO CONSECUENCIAS NEGATIVAS?

En el libro de las Lamentaciones de Jeremías, encontramos la expresión de dolor y arrepentimiento de un pueblo que enfrentó las consecuencias de su desobediencia deliberada a la voz de Dios. Un pueblo, que anticipadamente había sido advertido “desde temprano y sin cesar” por los profetas, pero que hicieron oídos sordos a tales advertencias.

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Ahora lloraban las consecuencias.
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Pensaron que nunca llegarían sus infortunios, que las voces de advertencia eran producto del fanatismo, y que siempre estarían llevando un estilo de vida a su antojo.

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Ahora todo echado a perder.
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¿Sera posible que ahora existan personas con una situación similar?

¿Personas que en sus rostros se refleja el dolor que ellas mismas fabricaron con su rebeldía deliberada?

¿Personas que una y otra vez recibieron la amonestación del Señor por diversos medios, pero que a cambio las rechazaron y burlaron?

¿Personas que jamás imaginaron que estas consecuencias desgarradoras serían una amarga realidad en sus vidas?

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Si tú conoces a alguien que esté atravesando por todas estas circunstancias, te recomiendo que le envíes esta reflexión.
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Lo que ahora estas pasando es por un proceso disciplinario del Señor. Su propósito no es destruirte, sino de hacerte entender que tus acciones no son las correctas, y que por lo tanto necesitas reorientar tus caminos. Tú bien sabias que no era el modo correcto de proceder, y sin embargo insistías. Sabes que la culpa ES tuya, NO de Dios.

Dios quiere que evalúes tu vida, y dejes de una vez por todas, todos aquellos estorbos que te impiden alumbrar con su luz.
Esta disciplina es la “voz de alerta” del Señor para que pares de una sola vez. ¡Ya no más! No la menosprecies.

Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él.
Hebreos 12:5

Ahora, has entendido con claridad lo que Dios ha querido decirte; y de ti dependerá que las cosas tomen un rumbo de restauración o destrucción.
Has entendido que retroceder equivale tu autodestrucción.

Clámale al Señor, para que su misericordia detenga este proceso disciplinario que tanto dolor te ha ocasionado; pero al mismo tiempo demuéstralo con una vida que refleje frutos dignos de arrepentimiento.
Toma para ti las siguientes palabras que vienen directamente del Señor:

Yo reprendo y castigo a todos los que amo;sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Apocalipsis 3:19

Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.
Proverbios 3:12

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¡Al fin entendiste!
Comprobaste que con Dios no se juega...
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Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos;  Renueva nuestros días como al principio.
Lamentaciones 5: 21

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