¿CUANDO DEJARAS DE MURMURAR CONTRA DIOS?

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¿Qué es murmurar?

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Es la acción de expresar queja o disgusto por alguna situación desagradable.

¿Estás viviendo ahora en medio de situaciones así?

¿Cómo estás reaccionando ante las circunstancias incómodas, dolorosas, limitadas y áridas?

¿Has llegado al punto de quejarte o disgustarte contra Dios?

Es cierto, no esperabas que todo esto te aconteciera. Te tomó por sorpresa. Jamás imaginaste que ibas a llegar a este punto tan crítico que ha puesto a “tambalear” tus convicciones. Buscas respuestas por todas partes, pero no las encuentras; lo que viene a producir que además de la queja y el disgusto, venga también la incredulidad.

Lo anterior me recuerda la historia de los israelitas en el desierto, quienes a pesar de haber sido testigos del poder de Dios, comenzaron a quejarse y a disgustarse contra Moisés; y que indirectamente lo hacían contra Dios. Detente en cada versículo del fragmento bíblico que leerás, y aplícalo a esta situación angustiante que ahora enfrentas.

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Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.

Números 14:1

Examínate, ¿Ha sido de igual forma tu reacción ante este problema? ¿Qué palabras han salido de tus labios, ahora que tus esperanzas se hicieron pedazos, que todo lo ves “cuesta arriba”, que no ves ninguna posibilidad de nada?

¿Has llorado, gritado, renegado, cuestionado y hasta...   blasfemado?

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Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!

Números 14:2.

¿Sabías que esas quejas o disgustos hacia esas personas a quienes les echas la culpa, no son más que reclamos abiertos a Dios? Fue él, quien en su perfecta soberanía permitió que sucediera. No olvides que todo cuanto nos acontece es para nuestro bien, aunque no entendamos ni un ápice.

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¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?

Números 14:3

No cuestiones los propósitos de Dios. ¿Acaso no sabes que es necesario pasar por la “escuela de la fe” a través de circunstancias incomprensibles? Entiende que Dios está forjando tu carácter, está enseñándote a creerle contra todo pronóstico, a esperar en él y además está consumiendo todos los estorbos que te impiden alcanzar la madurez cristiana. Cuidado con retroceder. Esto puede ocasionarte males mayores.

¿Cómo es posible que después de haber visto el poder de Dios obrando en circunstancias específicas de tu vida, ahora pienses que no está pendiente de todas tus cosas?

Acuérdate bien. Dios te ha demostrado en “miles” de ocasiones su atención continua sobre ti.

Lee el texto siguiente. ¿Tiene que ver contigo?

Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

Números 14:11

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¿Hasta cuándo dejaras de murmurar contra Dios?

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Recuerda: Cada vez que te quejas de las circunstancias o de las personas, lo estás haciendo en  contra de Dios.

Mientras sigas así, estarás dando vueltas en el mismo lugar, hasta que aprendas.

Deja de hacerlo,  y regocíjate, aunque el panorama no sea agradable y totalmente contradictorio. Debes de aprender a gozarte en Dios, y no en las circunstancias.

He aquí el consejo del apóstol Pablo:

Regocijaos en el Señor siempre.

Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Filipenses 4:4

¿Qué es regocijarse?

Es expresar alegría espontanea, independientemente a cualquier circunstancia.

¿Pero como regocijarse cuando todo está totalmente al revés?

Humanamente hablando es imposible, pero cuando el Espíritu Santo tiene el control de tu vida, entonces espontáneamente lo reflejas por medio de una actitud agradecida y gozosa.

Me gusta mucho el ejemplo del apóstol Pablo y Silas,  cuando fueron puestos en la cárcel, después que habían recibido una enorme paliza. Agregado a eso, las condiciones de la cárcel no eran nada agradables; pues además de ser puestos en el calabozo más profundo y estar sujetos al cepo, se encontraban heridos como consecuencia de los golpes. La reacción de estos dos hombres, no fue la de murmurar contra Dios, ni de reclamar por el incidente. Su reacción orar y alabar.

Veamos la historia. Léela detenidamente.

Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.

Hechos 16:22-25

Si ahora, no te nace regocijarte en el Señor, por la intensidad de la prueba que ahora vives; entonces comienza a orar para que el Espíritu Santo gobierne tus emociones. Recuerda que dos de los frutos del Espíritu son el GOZO y la PAZ. Necesitas ahora que toda tristeza e intranquilidad sea “borrada del mapa”. Comienza a orar aunque no sientas el deseo de hacerlo...

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4: 6-7

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¿HASTA CUANDO DEJARAS DE MURMURAR CONTRA DIOS?

Mientras sigas así,  no saldrás de la misma situación.

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CERO POSIBILIDADES DE TODO.

Ya hiciste todo lo que debías haber hecho.

Ya no hay más que hacer; así que deja que sea Dios quien haga lo que tú ya no puedes hacer.

Espera ese gran milagro que Dios hará contigo.

Espera creyendo, aunque no veas nada.

El tiempo ha llegado, solo falta el momento preciso para que ocurra.

Es cierto, a lo largo de todo este tiempo no has visto ningún indicio, ninguna posibilidad remota de la solución de tu problema; sin embargo, es precisamente en estos momentos de oscuridad intensa cuando más cerca está el milagro. Cuando ya se agotaron todos tus recursos.

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Dios te ha llevado al punto máximo de la fe, en donde hay cero posibilidades de todo.

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Es ahora cuando debes de poner en práctica lo que dice Hebreos 11.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Hebreos 11:1

Entiende que la certeza y la convicción que has desarrollado, es precisamente cuando hay cero posibilidades de todo. ¡Así como hoy!

Es ahora, cuando el tiempo de Dios ha llegado.

Es ahora, cuando no tienes que hacer nada. Deja que Dios lo haga todo.

Es ahora, cuando comprobarás que Dios, siempre ha estado y estará contigo en todas las jornadas de tu vida.

Es ahora, cuando comprobarás que Dios tiene dominio sobre todas las potestades que impidieron que el milagro  se consumara.

Es ahora, cuando tu vida será una evidencia clara de lo que Dios es capaz de hacer. Muchos verán y conocerán que Dios te ayuda.

Es ahora cuando has de creerle a Dios a pesar que todas las posibilidades ya se agotaron.

Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

2 Crónicas 2:20

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¡NO TEMAS MORIR! TU VIDA CONTINUARA...

Es lógico y natural que pensar en la muerte produzca tristeza y miedo. Humanamente hablando todos tememos “dejar de existir”, y buscamos por todos los medios alargar aunque sea unos 10 o 15 años más, pero que al fin de cuentas son una nada. El tiempo pasa rápido, y con él, nuestra propia vida.

Esto me recuerda lo nos dice el salmo:

Los días de nuestra edad son setenta años: y si en los más robustos son ochenta años. Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.

Salmo 90:10

La verdad es que “el tiempo vuela”, y cuando menos lo sentimos, partimos. Esta es una verdad indiscutible que no se puede negar. Sabemos que vamos a morir, pero nos aterra enfrentar la situación. ¿Cuándo será ese día? ¿Cuándo será ese momento? No lo sabemos, pero que llegará, si llegará.

Justamente en estos instantes, hay miles de personas muriendo alrededor del mundo, pero preferimos obviar esta realidad; tal vez lo que nos ofrece pensar obligadamente en la muerte es cuando alguien cercano muere o sufrimos una grave enfermedad, caso contrario preferimos  sustituir estos pensamientos en algo más agradable.

Es necesario que aceptemos este hecho seguro y que estemos preparados para enfrentarla en el momento que Dios haya dispuesto llevarnos a su presencia, quien desde antes de crearnos, ya había determinado los años que habríamos de vivir en el mundo. No nos iremos de aquí, ni un segundo antes, ni un segundo después. Además, quienes hemos recibido a Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador personal, tenemos la firme certeza que continuaremos viviendo. Nuestro Señor Jesucristo nos confirma esta verdad a lo largo de los 4 evangelios, y también los apóstoles en las cartas del Nuevo Testamento.

Miremos uno de los cientos de textos que aparecen en la Sagrada Escritura:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios

Juan 3:16-18

No hay razón para temerle a la muerte, pues tú, seguirás existiendo por toda la eternidad. He aquí otra palabra reconfortante:

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.  Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan 14:1-6

Es cierto, pasar por el “río de la muerte” no es fácil. Hay dolor y sufrimiento de por medio. Es un “trago amargo” que hemos de probar, pero es solo un instante.

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¿Tienes miedo a morir?

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Reconfórtate con las palabras de nuestro Señor Jesucristo, y deja que su paz te reconforte, sobre todo cuando sepas que tu final sobre la tierra está muy cercano.

Recuerda que tu destino final no está aquí. Mira lo que el escritor de la carta a los hebreos dice:

Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.

Hebreos 13:14

Todo es transitorio en la tierra. No hay nada que permanezca para siempre. No te aferres a lo transitorio. Aférrate a quien tiene vida en sí mismo, capaz de levantarte del sepulcro para siempre.

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Juan 5:25-29

Las puertas eternas serán abiertas de par en par para todos aquellos que vivamos unidos a Dios por medio de Jesucristo.

Que el hecho de pensar en la muerte no te produzca angustia, tristeza y derrota; sino esperanza.

Que el entorno que te rodea, no te haga perder la noción de tu destino eterno. Recuérdalo siempre:

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¡Hay algo más!

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Ten presente aquellas palabras reconfortantes que el apóstol Pablo escribe en su carta a los tesalonicenses.

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.  Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.  Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

1 Tesalonicenses 4:13-18

Permanece firme en las promesas eternas de nuestro Señor Jesucristo.

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¡NO TEMAS MORIR!

Tu vida continuará...

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NO CONOCERAS DERROTA, NI FRUSTRACION.

Los propósitos y decisiones de Dios sobre tu vida son incuestionables. Todo lo hace bien, aunque ahora no entiendas muchas cosas.

Dios sabe lo que hace contigo; y es en medio de todo este proceso, que necesitas creerle y obedecerle incondicionalmente. Sigue los lineamientos que te ha dado en su Palabra, sin temer las consecuencias.

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Dios conoce perfectamente el plan que tiene para ti,  y su desenlace final.

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Aunque no sepas porque te sucede todo esto, ten la certeza que vas por rumbo seguro. No conocerás la derrota y la frustración.

Dios te pide ahora que no te enfoques en las circunstancias presentes, sino sus promesas fieles y verdaderas. ¡Créelas ahora! Todo es por tu bien.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28

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DIOS TE HA TENIDO MISERICORDIA.

A  pesar de tu inestabilidad espiritual, vas por buen rumbo. Lógicamente que NO es por tus fuerzas o méritos, sino por “la mano de Dios” que te conduce por medio de diversas circunstancias ilógicas o dolorosas para mantenerte donde debes de estar. Si no fuera así, ¡quién sabe! Has tenido que pagar el precio, pero ha valido la pena.

A pesar de tu inestabilidad espiritual, nuevamente has recibido otra oportunidad. ¡Tú sabes de qué se trata! No es necesario que te lo recuerde...

En días recientes, Dios te mostró por medio de su Palabra, una “radiografía” exacta de tu situación; así como también, las consecuencias que podrían desencadenarse si continúas propiciando una vida cristiana inestable o tibia. Dios te ha hablado claro en el momento oportuno, y te lo ha confirmado de múltiples maneras para que lo entendieras. ¡Y al fin, entendiste!

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¡Qué enorme ha sido la misericordia de Dios hacia ti!

¡APROVECHALA!

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Pero es necesario que te propongas con la ayuda del Espíritu Santo a no desviarte, ni a retroceder,  aunque las tentaciones te presionen con fuerza. Por eso, ¡Cuidado con tus impulsos! Ya comprobaste que de nada te sirve, y que te llevan a la ruina...

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Ahora,  sigue adelante sin volver atrás.

Y recuerda...

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Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Lamentaciones 3:22-23

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LIMPIOS DE LA INCREDULIDAD Y DEL ERROR.

La exposición constante de la Palabra de Dios, nos limpia de la INCREDULIDAD y del ERROR. A medida que lo hacemos, adquirimos convicciones firmes y el conocimiento completo de la única verdad revelada en Cristo.

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¿Por qué abunda la incredulidad y el error en muchos que dicen llamarse “cristianos”?

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Precisamente por la falta de la reflexión diaria de la Palabra de Dios. Reflexión que ha de ser asesorada por la acción infalible del Espíritu Santo en la mente y el corazón de quien se expone a su contenido. De ahí que el salmo 119 exprese lo siguiente:

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.

Salmo 119:130

Hoy abundan muchos líderes religiosos y predicadores que dicen ser depositarios de doctrinas nuevas o tradicionales, y que además poseen un poder de convencimiento excepcional; sin embargo recuerda que el único “filtro” que determinará si una “verdad” está bien interpretada o no, es el Espíritu Santo.

Con esto, no estoy poniendo en tela de juicio el ministerio de la predicación y de la enseñanza bíblica; pero es necesario que quien lo haga, sea una persona que pase horas intensas en oración y reflexión de la Palabra de Dios bajo la guía del Espíritu Santo. Por otra parte, a todo el pueblo cristiano, le corresponde también proceder de la misma manera, para que adquiera convicciones firmes de su contenido y se mantenga libre de todo error o falsedad.

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Es necesario ser limpios de la INCREDULIDAD y del ERROR.

¡ES URGENTE!

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NO ENTIENDO LO QUE PASA.

Lo más seguro es que alguna vez, cuando has estado atravesando situaciones sin sentido y en extremo aflictivas, se haya escapado de tus labios esta frase: “no entiendo lo que pasa”. Por muchas explicaciones lógicas que busques, no hay respuestas.

Esta reflexión va dirigida a aquellas personas que justamente en estos instantes, las cosas no les salieron como esperaban. Sus ilusiones se les hicieron pedazos, sus proyectos se disolvieron como humo, enfrentan situaciones imprevistas que han afectado radicalmente sus vidas; y además, todo cuanto tenían hace unos días, ya no lo tienen. Ahora no saben cómo salir del hoyo.

Lo triste de toda esta situación, es que no ocasionaron las consecuencias, simplemente las situaciones se presentaron así tan de repente.

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No entiendes lo que pasa.

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Pero de lo que si has de tener la plena certeza, es que todo esto ha sido permitido por Dios para un propósito en tu vida. Humanamente hablando cuesta digerirlo, pero así es.

Dios quiere que por medio de esta situación, experimentes por tu propia cuenta, la capacidad de su PODER y su SOBERANIA; Dios quiere que aprendas a fortalecerte en él y no los recursos terrenales.

Algo que estas entendiendo, es que de no ser por estas situaciones, no tuvieras la oportunidad de experimentar en “carne propia” la acción sobrenatural de Dios.

Es precisamente en estos momentos de crisis, en los que descubres tu total debilidad e imposibilidad para resolver tus situaciones. Es ahora cuando entiendes que has de abandonarte a la acción poderosa y soberana de Dios.

El apóstol Pedro escribe en su carta lo siguiente:

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:6-7

Humillarse es reconocer la dependencia total y absoluta de Dios en toda situación, sobre todo cuando las cosas van cuesta arriba.

Humillarse es clamar insistentemente con la plena certeza que de una u otra manera, Dios obrará, y que al final todo te lo resolverá a tu favor.

Por eso, no te afanes en querer solucionar lo que ya se escapó de tus manos, sino más bien preséntaselo a Dios en oración, así como lo recomienda el apóstol Pablo.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7

Precisamente porque no entiendes lo que pasa, es cuando debes de aprender a discernir tus acontecimientos bajo la guía del Espíritu Santo y proceder conforme a su sabiduría; por lo demás, no te preocupes.

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Tu vida está inmersa bajo el Poder y la Soberanía de Dios.

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Así como él gobierna el universo en su totalidad, sin escapársele ni un tan solo detalle, también así lo hace con cada situación de tu vida. La presencia del Rey Creador de los cielos y de la tierra, te envuelve totalmente, aunque ahora mismo no comprendas su acción.

Jehová estableció en los cielos su trono, y su Reino domina sobre todos.

Salmo 103: 19

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