Somos obra de Dios, creados por él para que difundamos su LUZ por todo el mundo. "Vosotros sois la LUZ del mundo... Así alumbre vuestra LUZ delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5,14.16)
Somos obra de Dios, creados para que vivamos para él en este mundo terrenal y aun más allá de las fronteras de la muerte... "Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos"
(Rm 14,7.8)
Somos obra de Dios. No abandona la obra de sus manos, por lo que él mismo, de manera personalizada se mantiene velando por cada uno de nosotros de manera única y particular sin que nada nos falte. Es nuestro Pastor, por lo que podemos asegurar con firme confianza: "El Señor es mi pastor, nada me faltará"
(Salmo 23,1)
Somos obra de Dios. Somos testigos de las maravillas realizadas en cada uno de nosotros sin que lo merezcamos. Tenemos tantas evidencias que estaría demás dudar de ellas... "Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros"
(Is 25,1)
Somos obra de Dios. Recordémoslo siempre, busquemos su presencia desde el inicio de cada día para que nuestro interior se refresque con su Espíritu y no perdamos de vista el sentido de pertenencia mutua entre él y nosotros.... "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (Salmo 63,1)
Somos obra de Dios. Encomendémosle nuestro futuro con la plena certeza que nuestra vida no se echará a perder... "Encomienda al Dios Eterno tu camino, confía en él, y él hará" (Salmo 37,5)
SOMOS OBRA DE DIOS
Somos obra de Dios, creados para que vivamos para él en este mundo terrenal y aun más allá de las fronteras de la muerte... "Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos"
(Rm 14,7.8)
Somos obra de Dios. No abandona la obra de sus manos, por lo que él mismo, de manera personalizada se mantiene velando por cada uno de nosotros de manera única y particular sin que nada nos falte. Es nuestro Pastor, por lo que podemos asegurar con firme confianza: "El Señor es mi pastor, nada me faltará"
(Salmo 23,1)
Somos obra de Dios. Somos testigos de las maravillas realizadas en cada uno de nosotros sin que lo merezcamos. Tenemos tantas evidencias que estaría demás dudar de ellas... "Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros"
(Is 25,1)
Somos obra de Dios. Recordémoslo siempre, busquemos su presencia desde el inicio de cada día para que nuestro interior se refresque con su Espíritu y no perdamos de vista el sentido de pertenencia mutua entre él y nosotros.... "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas" (Salmo 63,1)
Somos obra de Dios. Encomendémosle nuestro futuro con la plena certeza que nuestra vida no se echará a perder... "Encomienda al Dios Eterno tu camino, confía en él, y él hará" (Salmo 37,5)
SOMOS OBRA DE DIOS
Es nuestro creador.
Nuestro formador.
Nuestro redentor.
"Reconoced que el Eterno Dios es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado". Salmo 100,3
"Ahora, así dice el Dios Eterno, Creador tuyo... y Formador tuyo... No temas, porque yo te redimí. Te puse nombre, mío eres tú!" Is 43,1
No hay comentarios:
Publicar un comentario