domingo, 23 de septiembre de 2018

¡EL REINO QUE NOS ESPERA!


Por medio de la FE en Jesucristo como nuestro único redentor, obtenemos la salvación de la muerte eterna; se nos abren de par en par las puertas de su Reino.

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos

Hechos 4:12


Dios nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo Jesucristo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados

Colosenses 1:13-14


Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con respeto y reverencia

Hebreos 12:28




¡EL REINO QUE NOS ESPERA!

El Reino que nos espera después de la muerte física, supera las barreras de la lógica, el razonamiento y el conocimiento; supera toda ley natural y científica. Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman  (1 Corintios 12:9)


Un Reino en el que la maldad no existirá en ninguna de sus manifestaciones; toda consecuencia ocasionada por el pecado será eliminada. No habrá maldición...(Apocalipsis 22:3,5)


Un Reino en el que la LUZ será perpetua, sin sombras que la estorben. No habrá ahí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará...  (Apocalipsis 22:5)


Un Reino de consuelo permanente. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor porque las primeras cosas pasaron  (Apocalipsis 21:4)


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Que el temor, la angustia y la tristeza ante la muerte no nos domine.

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él

1 Tesalonicenses 4:13-14


No olvidemos que estamos de paso durante pocas décadas; vivimos dentro de un “paréntesis” en el que nos preparamos para la existencia perdurable.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis

Juan 14:1-3


No perdamos la certeza, de que al morir todos los que nos hemos acogido a la amnistía que Dios ofrece por medio de Jesucristo, tenemos asegurada nuestra casa eterna...

Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos

2 Corintios 5:1






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!

Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra

Hechos 13:47.


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