Ya estaba escrito
que el Mesías habría de ser perseguido y muerto por las autoridades de la
época; todos los acontecimientos, aunque parecieran fortuitos, apuntaban hacia
ello por mucho que se intentara impedirlo.
¡Ya estaba escrito! Era
necesario que así sucediera para que la redención de Dios a favor de la
humanidad se consumara por medio del sacrificio de Cristo en la cruz.
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a
sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los
ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y
resucitar al tercer día”
Mateo 16:21
“Y les dijo: Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que
está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”
Lucas 24:44
¡Tu salvación en Cristo ya estaba escrita!
Dios planificó tu redención
desde antes que el mundo fuese, todo se cumplió tal y como había sido ordenado
por él; y gracias a ese sacrificio de amor ofrecido por Jesucristo, tienes todo
el derecho para obtener la seguridad de la salvación y la vida eterna.
“Porque a los que antes conoció, también
los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para
que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a
éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó”
Romanos 8:29-30
¿Cómo adquieres ese derecho?... Creyendo en la poderosa Palabra del
evangelio de Jesucristo. “Porque
no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá” Romanos
1:16-17. Es
creyendo en la Palabra del evangelio como naces de nuevo, te constituyes en
hijo (a) de Dios y te capacitas por medio de su Espíritu Santo para llevar una
vida coherente a sus enseñanzas.
“Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”
Juan 1:12-13.
“En Cristo asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad...
En Cristo también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa”
Efesios 1:11, 13.
“Además os declaro, hermanos, el evangelio
que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también
perseveráis; por el cual asimismo, si
retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”
1 Corintios 15:1-4
El efecto visible de tu salvación en Cristo.
El efecto visible
de tu salvación en Cristo se refleja en una vida transformada por el poder
sobrenatural de su Espíritu. Al respecto el apóstol Pablo escribe: “De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo” 2
corintios 5:17-18. Es Dios mismo quien produce
en tu interior el querer como el hacer...
“Porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad” Filipenses 2:13. Es Dios quien pone en tu interior el deseo
vivir para él... de renunciar a tus
intereses egoístas... de rechazar
toda forma de pecado... de amar y
servir a tu prójimo... de difundir su
mensaje por todos los medios posibles...
de alimentar tu vida espiritual...
de luchar contra toda entidad demoníaca que esclaviza al mundo.
Como ves, no se
trata de una salvación pasiva y estéril, sino de una salvación activa y
fructífera como resultado de la fe; por eso el apóstol Santiago escribe: “Hermanos
míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá
la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen
necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en
paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el
cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en
sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin
tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano,
que la fe sin obras es muerta?”
Santiago 2:14-20
Tu fe en acción... ¡Ahora!
Desde toda la
eternidad, Dios proyectó y “escribió” una misión para ti. No es casualidad que
hayas nacido en esa fecha y en ese país, no es casualidad que ahora vivas en
ese lugar y dispongas de todos los recursos específicos, tampoco es casualidad
que conozcas a esas personas. Todo fue planificado cuidadosamente por Dios para
que desempeñaras esa tarea que te ha encomendado. “Porque somos hechura suya, creados en
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas” Efesios 2:10.
Los tiempos que
vives ahora son tiempos muy difíciles; son tiempos que ya estaban escritos... “También debes saber esto: que en los
postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de
piedad...” 2 Timoteo 3:1-5. Es en este contexto progresivo de maldad y oposición extrema en donde
Dios te ha llamado a difundir su mensaje y a proyectar una vida cristiana
genuina. No temas, ya el Señor lo ha advertido... “He aquí, yo os envío como a ovejas en
medio de lobos... Y seréis
aborrecidos de todos por causa de mi nombre...” Mateo 10:16, 22. Sin embargo, será
en medio de todas estas amenazas y ataques donde tendrás siempre su respaldo
total, en donde verás su gloria brillar. Al final, nada será en vano... “Así que, hermanos míos
amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” 1 Corintios 15:58.
Tu salvación en Cristo ya está escrita;
y está diseñada para dar frutos permanentes.
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que
yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y
vuestro fruto permanezca”
Juan 15:16
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