Pensar en la
muerte, no nos debe producir angustia ni temor; para los hijos de Dios, morir
NO es el final... ¡Es el inicio de
una nueva y definitiva vida!
Al respecto, nuestro Señor Jesucristo
nos dice...
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed
también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo
os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y
os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis”
Juan 14:1-3
El apóstol Pablo, lo confirma en su
carta...
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de
los que duermen, para que no entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él”
1 Tesalonicenses 4:13-14
Todo será
nuevo y definitivo para quienes creemos en Jesucristo como Señor y Salvador; el
apóstol Juan, cuando estaba exiliado en la isla de Patmos recibió una poderosa
visión de ese maravilloso lugar.
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el
primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar no existía más... Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de
ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque
las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí,
yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son
fieles y verdaderas”
Apocalipsis 21:1, 4-5
No se trata de una utopía...
¡Es un mundo real!
Pídele a Dios
que su Espíritu quite de ti todo temor y angustia ante la muerte: que te dé la
certeza sobrenatural de tu identidad celestial y de tu destino eterno...
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud
para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y
si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es
que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no
son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
Romanos 8:15-18
Dios te creó para propósitos eternos...
¡Te creó para él!
---------------.
José Alfredo
Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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