martes, 31 de enero de 2017

TU LLAMADO... TU MISION...


El entorno que vives.

Has visto a tu alrededor, y sabes que las cosas no están bien en todo el mundo; la maldad en todas sus formas lo ha aprisionado con sus tentáculos devoradores debido a las consecuencias de la descarada rebelión contra Dios. Te percatas que los tiempos presentes son como los de Noé.  “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal...     Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra” Génesis 6:5,12. Exactamente estamos iguales o peor...     No lo podemos negar... ¡Estamos en ellos!    Cada quien con su ritmo de vida, planeando para el futuro pero sin tomar en cuenta los lineamientos que Dios ha dejado establecidos en su palabra.  

¡Maldad extrema! Estamos viviendo tiempos previos al gran juicio de Dios, estamos en los días de Noé “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.  Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos”. Lucas 17:26-27.

 Pronto, la puerta de la Gracia se cerrará, para dar paso a grandes juicios sin precedentes en la historia de la humanidad. Lee con atención las palabras de exhortación que nuestro Señor Jesucristo nos hace al respecto: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” Lucas 21: 34-36. No pases por alto estas palabras...     Dios te ha preservado para la “hora undécima”,  para estos tiempos difíciles y peligrosos que se avecinan al mundo...     ¡Las cosas se pondrán peor!    

Dios te ha preservado para un propósito grandioso, para que llames a la reconciliación con él por medio de Jesucristo; aunque la mayoría desechará tan grande oportunidad, tu deber es hacerlo. “Así que somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos que en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” 2 Corintios 5:20.  



Siembra la Palabra de Dios en la tierra.

Necesitas hacerlo; ese es tu llamado... esa es tu misión. “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” Jeremías 1:5. No hay otra razón por la que habitas este mundo. No estar consciente de ello, es no vivir para el propósito por el cual respiras. Eres sal y luz en medio de un mundo que cada vez se pudre más y se oscurece. Necesitas marcar la diferencia proyectando una fe activa, un amor entrañable y una esperanza perseverante.

“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo 5:13-16.



Actitudes específicas personales.

Ante todo, mucha oración. ¿Qué debes incluir en tus peticiones?...     Consagración. Ponerte bajo las órdenes incondicionales de Dios...     Firmeza en medio de toda prueba y tentación...     Firmeza para mantener viva la razón de tu existencia sobre la tierra...

Reflexión bíblica diaria. Quita todo obstáculo que te impida asimilar el contenido de la Palabra de Dios, para que al descubrir la profundidad de su riqueza la compartas y practiques con espontaneidad...    

Aprovecha al máximo el tiempo que Dios te concede y los recursos que ha puesto a tu disposición para divulgar el mensaje de la Palabra de Dios...    

Se dócil a las indicaciones que Dios te dé aunque todo lo veas “cuesta arriba”; su presencia activa será una realidad ininterrumpida a tu favor.

“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes”
Apocalipsis 3:11.




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José Alfredo Liévano.
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