miércoles, 7 de diciembre de 2016

REPENTINAMENTE LAS PUERTAS SE ABRIRAN...


Dios te pondrá en “ese lugar”...
No serán las personas, ni las circunstancias, ni las influencias, ni cadenas de hechos casuales. Llegarás ahí porque desde toda la eternidad así él lo decidió; ¡Es su iniciativa! “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16). No olvides que la única razón de tu existencia es para que des frutos para Dios; permanecerás en ese lugar para ese propósito fundamental. No hay otro.



Repentinamente las puertas se abrirán...

Se abrirán para que vayas donde te es necesario ir. Dios quiere que en “ese lugar” fructifiques para él; sea mucho o poco el tiempo que permanezcas ahí es para ese propósito. Cuando la oportunidad se te presente, no dudes ni tengas miedo en dar ese paso, pues es Dios quien te está dando ese privilegio sin que lo merezcas. “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8). A medida que avances verás como Dios te dirige, protege y provee; todo te lo tendrá preparado para el justo momento. ¡Es necesario que des el paso de fe!



Donde vayas...
¿Cómo debe ser tu actitud?

Ponerte bajo las órdenes incondicionales de Dios para que haga de ti un árbol fructífero. Necesitas vivir para lo que te ha creado.

Debes mostrar disposición completa para presentar el mensaje de la Palabra de Dios en medio del contexto en el que te encontrarás, ya que esa es la razón prioritaria por la que vas.

Mostrar solidaridad espontánea ante las necesidades diversas de las personas con las que convivirás.

No te dejes influenciar por las costumbres opuestas a las enseñanzas de Cristo. Mantente firme en tus convicciones. Recuerda que si llegas ahí es para que tú influyas sobre los demás; no al revés.

Valentía para decir las cosas “como son” y “como deberían de ser”. No olvides que tu norma de fe y conducta debe estar fundamentada en la Palabra de Dios.

No temas ni te angusties ante la oposición que se te presente por defender tus convicciones cristianas. ¡Dios te guardará!

Mantén firme tus convicciones en el contenido de la Palabra de Dios; por lo que es necesario que cultives constantemente tu vida espiritual por medio de la oración y la reflexión bíblica.



“Porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”
Jeremías 1:7-8




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José Alfredo Liévano.

PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano

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