Dios te pondrá en
“ese lugar”...
No serán las
personas, ni las circunstancias, ni las influencias, ni cadenas de hechos
casuales. Llegarás ahí porque desde toda la eternidad así él lo decidió; ¡Es su
iniciativa! “No
me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto
para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16). No olvides que la
única razón de tu existencia es para que des frutos para Dios; permanecerás en
ese lugar para ese propósito fundamental. No hay otro.
Repentinamente
las puertas se abrirán...
Se abrirán para
que vayas donde te es necesario ir. Dios quiere que en “ese lugar” fructifiques
para él; sea mucho o poco el tiempo que permanezcas ahí es para ese propósito. Cuando
la oportunidad se te presente, no dudes ni tengas miedo en dar ese paso, pues
es Dios quien te está dando ese privilegio sin que lo merezcas. “Yo conozco tus
obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede
cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has
negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8).
A medida que avances verás como Dios te dirige, protege y provee; todo te lo tendrá
preparado para el justo momento. ¡Es necesario que des el paso de fe!
Donde
vayas...
¿Cómo
debe ser tu actitud?
Ponerte bajo
las órdenes incondicionales de Dios para que haga de ti un árbol fructífero. Necesitas
vivir para lo que te ha creado.
Debes mostrar disposición
completa para presentar el mensaje de la Palabra de Dios en medio del contexto
en el que te encontrarás, ya que esa es la razón prioritaria por la que vas.
Mostrar solidaridad
espontánea ante las necesidades diversas de las personas con las que
convivirás.
No te dejes
influenciar por las costumbres opuestas a las enseñanzas de Cristo. Mantente firme
en tus convicciones. Recuerda que si llegas ahí es para que tú influyas sobre
los demás; no al revés.
Valentía para
decir las cosas “como son” y “como deberían de ser”. No olvides que tu norma de
fe y conducta debe estar fundamentada en la Palabra de Dios.
No temas ni te
angusties ante la oposición que se te presente por defender tus convicciones
cristianas. ¡Dios te guardará!
Mantén firme
tus convicciones en el contenido de la Palabra de Dios; por lo que es necesario
que cultives constantemente tu vida espiritual por medio de la oración y la reflexión
bíblica.
“Porque a todo lo que te envíe irás tú,
y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy
para librarte, dice Jehová”
Jeremías 1:7-8
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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