Te has
percatado con el paso de los años que eres como tierra seca y árida que
necesita ser saturada de agua para reverdecer y producir; has comprendido que
debes “beber” de la Palabra de Dios para que su acción viva y eficaz transforme
tu vida en todas sus áreas. Al
respecto, te dice la Biblia: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón” (Hebreos 4:12).
No importa cuánto tiempo que haya pasado...
¡Tu
vida sí puede reverdecer!
No
es tarde!
¡Aun
estás a tiempo!
Nunca es tarde
para que te sumerjas en el agua viva y eficaz que solo Dios puede ofrecerte.
Esa “sed” que
sientes ahora, no es otra cosa que el deseo de satisfacer todos esos vacíos que
nada ni nadie ha podido llenar en el transcurso de tu historia personal. Nuestro Señor Jesucristo te dice ahora:
“Mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:14).
Aprovecha la
lluvia de bendición que Dios te ofrece continuamente con su Palabra Viva, no
desperdicies ni una tan sola gota de ella; guárdala en tu corazón, ora para que
puedas digerirla con la acción sobrenatural del Espíritu Santo y proyectarla espontáneamente
con tu estilo de vida.
¡Ciertamente
verás resultados!
“Porque como desciende de los cielos la
lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace
germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será
mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”
Isaías 55:10-11
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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