¡No
te desanimes!
¡No
te eches para atrás!
Ahora estás en medio
de un proceso temporal cuyos ingredientes son la incomprensión, la incertidumbre,
el dolor y las lágrimas; pero al final de todo habrá un resultado eterno y feliz.
“Enjugará Dios
toda lágrima... y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He
aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras
son fieles y verdaderas” (Apocalipsis
21:4-5). Lo que ahora vives no durará para siempre. Que Dios te
ayude hoy a ver más allá de toda circunstancia dolorosa e interminable, a ver
más allá del tiempo presente...
¡No
te desanimes!
¡No
te eches para atrás!
Haz lo que Dios
te ha encomendado en el mundo: Difundir sus palabras por todos los medios
posibles, aunque veas tu labor infructífera y rodeada de obstáculos. Dios te ha puesto en medio de estos tiempos difíciles
aunque no comprendas o aceptes muchas cosas que en ellos se dan. Aunque todos pretendan
boicotearte a toda costa y las circunstancias te desanimen, no te olvides de la
prioridad por la que estás aquí: ”Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Estás llamado (a) a hacerlo
independientemente a la ocupación que desempeñes.
¡No
te desanimes!
¡No
eches para atrás!
Ten siempre
fija tu atención en las promesas fieles y verdaderas de Dios reveladas en su
Palabra. “Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19). Dios no te defraudará, aunque de momento
todo lo veas al revés. No te dejes atrapar por la incredulidad aunque todo
empeore a tu alrededor.
¡No
te desanimes!
¡No
eches para atrás!
Ten en cuenta
que en medio de todos estos obstáculos, Dios te irá abriendo caminos. Nada podrá
detenerlo. Tú avanza... “Cuando pases por
las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases
por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).
Si lo dijo, así será... ¡Avanza! ¡Avanza! ¡Avanza!
Es necesario que se cumpla el plan perfecto y soberano que Dios tiene
para tu vida.
¡No
te desanimes!
¡No
eches para atrás!
Nada será
casualidad; todo coincidirá en el lugar y en el tiempo perfecto. Estarás justo
donde Dios lo planeó; irás donde él, en su soberana voluntad lo decidió. No te
dejes llevar por comentarios negativos que te “lloverán” desde todas partes. ¡Dios
no perderá el control! “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera
que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que
haya hecho lo que te he dicho” (Génesis
28:15).
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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