La presencia real de Dios permanece en
tu interior; se trata de la presencia del Espíritu Santo operando transformaciones
profundas en tu mente, emociones y deseos. Se trata de un proceso constante.
La presencia real de Dios te da la
capacidad para adquirir convicciones firmes en su Palabra, para discernirla, aplicarla
y transmitirla con eficacia.
La presencia real de Dios te hace
mantener despierta la noción de su realidad, de tu identidad celestial, de tu misión
sobre la tierra y tu destino eterno.
La presencia real de Dios hace que
produzcas frutos espirituales de manera espontánea; te hace proyectar su luz en
todo momento y lugar.
La presencia real de Dios te capacita
para testificar de su gracia, misericordia, poder y soberanía en las diferentes
áreas de tu vida.
Aléjate de todo estorbo que te impida experimentar
su presencia y búscale en todo momento.
¡Verás resultados!
“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada
te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida
donde no hay aguas.”
Salmo 63:1
“Me mostrarás la senda de la vida; en
tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.”
Salmo 16:11
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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