miércoles, 13 de marzo de 2013

EL TIEMPO DE ESPERA ESTA LLEGANDO A SU FIN.

En un día inesperado, la paciencia de Dios llegará a su fin para dar paso a los juicios que se derramarán sobre los soberbios, sobre  todos aquellos que deliberadamente le desafían con sus malas acciones. Al respecto, el apóstol Pedro dice en una de sus cartas (Lee con atención): El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. 2 Pedro 3:9-10.

Las diversas señales dadas por nuestro Señor Jesucristo en el monte de los olivos y las del apóstol Juan en el apocalipsis, nos sitúa en el contexto profético que estamos viviendo en estos tiempos.  Es cierto, nadie sabe el día ni la hora (Esto no se puede precisar), pero sí estamos seguros que estamos viviendo en el preámbulo del día de Dios que anticipadamente, lo determinó. Veamos: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia”. Hechos 17:31. Así que la exhortación para estos tiempos es ARREPENTIMIENTO, lo cual implica un cambio radical  en nuestra forma de proceder, en tomar la determinación de vivir conforme a los lineamientos establecidos por nuestro Señor Jesucristo.

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El tiempo de espera está llegando a su fin.
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El juicio de Dios será repentino, sin previo aviso, cuando aparentemente todo parezca “ir sobre ruedas”. El apóstol Pablo confirma en una de sus cartas: Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán”. 1 Tesalonicenses 5:1-3. En el momento menos esperado o imaginado, repentinamente el juicio de Dios se derramará sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra.

La Palabra de Dios es clara y precisa para prevenir estas cosas. Cualquier otra profecía fuera de su revelación, es falsa; por eso, hemos de aprender a discernir los tiempos actuales bajo su contexto, y no sobre puntos de vista de los “falsos profetas” que pretenden ganar protagonismo y dinero.  

Pronto se comenzarán a ver a lo largo de todo el mundo, esos “destellos” que nos anuncian el inminente juicio de Dios sobre la tierra; son como los “dolores de parto” del mundo previo al alumbramiento. Son “destellos” que se reflejan en acontecimientos inevitables y dolorosos, que anuncian que algo mayor acontecerá. Tomemos ahora la sabia advertencia que nuestro Señor Jesucristo nos da. Lee esto con atención:

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca 

También les dijo una parábola:
Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”.
Lucas 21:25-36.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

..."de cierto os digo que no pasará ESTA generación...ESA generación ya pasó. Jesús se refería a SU generación no a la nuestra, y de eso hace 2000 años. Yo no creo que Jesús venga por segunda vez. Creo que el juicio se derrama sobre nosotros en el momento que dejamos este mundo.